La fórmula del éxito

Nota: BILL GATES
Fundador de Microsoft. The New York Times y Clarín.

Cientos de estudiantes me envían anualmente cartas por e-mail pidiéndome consejos acerca de que pueden estudiar o si está bien abandonar la universidad, que es lo que yo hice. También hay padres que me preguntan como pueden garantizarles a sus hijos un futuro mejor. Mi consejo es simple: los jóvenes deben conseguir la mejor educación aprovechando las oportunidades que ofrecen el colegio secundario y la universidad.

Es cierto que abandoné la universidad cuando comencé con mi empresa, pero la desición la adopté luego de tres años en Harvard. Aún hoy desearía tener más tiempo para retomar mis estudios. Tal como lo he dicho antes: nadie debe abandonar su carrera universitaria a menos que crea que se le presenta la gran oportunidad de su vida. E inclusive en esas condiciones debe pensarlo dos veces.

En la industria de las computadoras hay mucha gente que no concluyó la universidad, pero no conozco personas exitosas que hayan abandonado sus estudios en la escuela secundaria.
Las escuelas no son los únicos sitios para aprender: una persona puede estudiar en una biblioteca. Sin embargo para aprender algo en profundidad se requiere compartir la enseñanza con otras personas, formular preguntas, someter ideas a un intenso escrutinio y poner a prueba su capacidad. Esto suele requerir más que la lectura de los libros.

Una madre me escribió una carta lamentando que su hijo de 15 años"desapareció en el agujero negro de las computadoras". Tiene buenas notas en materias relacionadas con programación, pero en el resto le va muy mal. Esta joven señora está cometiendo un grave error. El colegio secundario y la universidad ofrecen las mejores oportunidades para aprender Matemática, Historia, Ciencias y para concretar proyectos con otros estudiantes. Es bueno interesarse en una disciplina, pero no si eso pone en peligro un conocimiento enciclopédico.

La educación debe ser amplia, aunque es también conveniente. escoger un área de especialización. Durante mis años en el colegio secundario hubo épocas en que me concentré en escribir programas de computación. Pero la mayor parte del tiempo tenía una amplia gama de intereses.
Me siento muy impresionado cuando me informan que un niño de once años es experto en cálculo matemático o estudia lógica. Pero un niño que lee Robinson Crusoe también aprende lógica. No es algo totalmente diferente.

Si un estudiante se obsesiona por una disciplina durante sus estudios secundarios, enfrenta dos problemas. El primero es que le costará cambiar cuando ingrese a la universidad. El otro, que si no consigue buenas notas en diferentes disciplinas, le será difícil ingresar a una buena unversidad donde pueda encontrarse con otros estidiantes que realmente lo ayuden a aprender. Ya dentro de la universidad es bueno comenzar a pensar acerca de alguna especialización, por ejemplo, a través de cursos de posgrado, aunque eso siempre es una buena inversión desde el punto de vista económico.

Elegir una especialidad no es algo que debe preocupar a los estudiantes secundarios. Es más importante que obtengan conocimientos suficientes para iniciar la universidad de manera exitosa.
Por supuesto que no hay una perfecta correlación entre actitudes en el colegio secundario y el éxito en la vida profesional. Pero es un error desaprovechar la oportunidad de conocer una amplia variedad de temas. De aprender a trabajar con otros estudiantes y de tener las notas que abran el acceso a una buena universidad.